Bridget Fonda, aquella estrella de los 90

Bridget Fonda, aquella estrella de los 90

Seguro que su nombre te suena, pero quizá lo estés confundiendo con el de su abuelo, Henry Fonda, o el de su padre, Peter Fonda, o el de su tía, la grandísima Jane Fonda. Sí, Bridget pertenecía a una histórica dinastía del Hollywood así que resultó lógico su salto al estrellato. Tuvo una época fabulosa en la década de los 90. ¿Y luego? Luego lo dejó. Contamos su historia.

Lo llevaba en la sangre

Bridget Jane Fonda nació en 1964 y estaba más que destinada a convertirse en actriz. Es hija de Peter Fonda, sobrina de Jane Fonda y nieta de Henry Fonda. Con esos credenciales, parecía que iba a conquistar Hollywood… pero no.

Un debut temprano

A los cuatro años debutó en el cine con Easy rider, junto a su padre y Dennis Hopper. No tenía ni una sola línea de diálogo, pero hizo que le picara el gusanillo. Comenzó a estudiar para dedicarse a la actuación y decidió que no aceptaría otro papel hasta que no estuviera preparada.

Decidió ir poco a poco

En 1982, cuando ya tenía 18, hizo un pequeño cameo sin diálogo en Algo más que colegas (Partners) y tardó seis años más en volver a actuar con papeles en filmes como Las prisas de Eddie (You Can’t Hurry Love), Escándalo (Scandal) o La resurrección de Frankenstein (Frankenstein Unbound).

Primer papel importante

Su primer papel importante fue el de una atractiva periodista en la película de 1990 El padrino III (The Godfather Part III). No era la actriz más importante del set, pero sí comenzó a llamar la atención de los directores.

Su primer protagónico

Después de participar en algunas obras de teatro y pequeños papeles en películas, su primer papel protagonista fue en 1992 en la película Mujer blanca soltera busca (Single White Female). Un película perturbadora en la que se midió con otra grande del momenot: Jennifer Jason Leigh.

Trabajó con grandes directores

Su fama creció como la espuma, trabajando con Cameron Crowe en Solteros (Singles); con Sam Raimi en El ejército de las tinieblas (Army of Darkness), con Bernardo Bertolucci en Pequeño Buda (Little Buddha); y hasta con Quentin Tarantino en Jackie Brown.

Sus últimas películas

A finales de los 90 protagonizó Graceland, Un plan sencillo (A simple plan), donde volvería a trabajar con Raimi, y el clásico del género de cocodrilos asesinos Mandíbulas (Lake Placid).

Dijo que no

Le ofrecieron el papel protagonista en Ally McBeal, pero acabó rechazándolo para centrarse exclusivamente en el cine. No sabemos si fue un error o no, pero el caso es que esta serie llevó al estrellato a Calista Flockhart y Fonda perdió su oportunidad.

Un accidente que cambió su vida

En 2003, Bridget Fonda estaba conduciendo por una autopista lluviosa, cuando perdió el control y se salió de la carretera. Su automóvil quedó siniestro total y ella se rompió una vértebra.

Formó una familia

Después del accidente se prometió con Danny Elfman, el compositor de Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands), con quien se casó y tuvo un hijo. Mientras se recuperaba del accidente con su familia descubrió el placer de la vida tranquila.

Adora el anonimato

Esta fue la razón por la que Bridget Fonda se retiró de Hollywood y comenzó a vivir una vida anónima, algo que no había experimentado jamás. Una determinación extraña en alguien que fue una gran estrella. Pero hay personas que escogen su propio camino aunque no sea el habitual.

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